El café cubano ha logrado un reconocimiento internacional que ha sorprendido a muchos: un prestigioso ranking lo ha posicionado como el mejor del mundo, superando a gigantes históricos como Colombia y Brasil.
Esta distinción, otorgada por Taste Atlas, ha despertado orgullo en la isla y curiosidad entre los amantes del café en todo el planeta.
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El café cubano destaca por su sabor intenso, cuerpo robusto y notas dulces naturales que provienen de su particular proceso de cultivo y preparación.
Se cultiva en las montañas de la Sierra Maestra y otras regiones de la isla, donde el clima y la tierra fértil aportan una calidad excepcional al grano.
Además, la preparación tradicional del café cubano, que incluye el famoso “cafecito” o “colada”, ha sido parte fundamental de su identidad cultural. Este método, que mezcla el café con azúcar durante la extracción, resalta sus aromas y produce un sabor inconfundible.
Taste Atlas, una plataforma especializada en gastronomía, publicó recientemente su lista de los mejores cafés del mundo, en la cual Cuba logró el primer lugar, desbancando a países como Colombia, Brasil y Etiopía, considerados históricamente como los reyes del café.
Este reconocimiento confirma lo que muchos cubanos ya sabían: el café de la isla tiene una calidad excepcional, resultado de años de tradición y perfeccionamiento.
El anuncio ha generado un gran revuelo en redes sociales, con cubanos y amantes del café celebrando la noticia. “Siempre hemos sabido que el café cubano es único, pero ahora el mundo lo reconoce”, comentó un usuario en X (antes Twitter).
Este reconocimiento también podría impulsar la exportación del café cubano, dándole un nuevo aire a la industria cafetalera de la isla, que en los últimos años ha enfrentado desafíos debido a la producción limitada y la demanda interna.
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A pesar del reconocimiento internacional y la calidad innegable del café cubano, la realidad dentro de la isla es muy diferente.
En el día a día, los cubanos enfrentan serias dificultades para acceder a su propio café, ya que los precios han alcanzado niveles impagables en el mercado interno.
En la red minorista estatal, el café ha desaparecido casi por completo, y cuando está disponible, suele ser mezclado con chícharo para rendir más.
Mientras tanto, en el mercado informal, los precios de un paquete de café puro pueden superar el salario mensual de un trabajador promedio.
Este contraste genera frustración en la población, pues mientras el mundo reconoce al café cubano como el mejor, en la isla, su consumo se ha convertido en un lujo.
Para muchos, esta es otra muestra de cómo los productos emblemáticos de Cuba son más apreciados en el exterior que dentro del país, una paradoja que persiste en varios sectores de la economía cubana.
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