En medio de la crisis económica que atraviesa Cuba, el gobierno ha intensificado los esfuerzos para captar divisas extranjeras mediante la dolarización parcial de la economía. Esta medida, que ha generado gran debate, tiene un impacto directo sobre las cuentas en Moneda Libremente Convertible (MLC).
A pesar de los rumores sobre su posible desaparición, autoridades cubanas han garantizado que estas cuentas seguirán operando. ¿Qué significa esto para los cubanos que mantienen sus ahorros en MLC y cómo afecta a la economía del país?
Indice
La dolarización parcial es un proceso en el que el uso de divisas extranjeras, como el dólar estadounidense, se ha ido incorporando gradualmente en diversos sectores de la economía cubana.
El gobierno de Cuba ha permitido que ciertos comercios, como tiendas en dólares y sectores específicos como el turismo, acepten pagos en divisas. Esta medida busca aliviar la escasez de divisas y fomentar el flujo de recursos hacia el país.
Sin embargo, la medida también ha generado un mercado paralelo de divisas, lo que ha incrementado la desigualdad entre aquellos que tienen acceso a divisas y los que dependen del peso cubano. A pesar de esta realidad, la dolarización ha sido vista como una estrategia esencial para asegurar la supervivencia económica del país en tiempos de crisis.
Uno de los temas que más ha generado incertidumbre es el futuro de las cuentas en MLC. Estas cuentas, abiertas en los bancos cubanos, permiten a los cubanos almacenar divisas extranjeras como dólares, euros o incluso otras monedas convertibles. A raíz de la dolarización parcial, ha surgido la preocupación de que estas cuentas pudieran desaparecer.
Sin embargo, el gobierno cubano ha desmentido estos rumores. Alberto Javier Quiñones, vicepresidente del Banco Central de Cuba, ha afirmado rotundamente que “las cuentas en MLC que hoy tienen los clientes con sus bancos no desaparecen”.
Según el gobierno, los fondos que los ciudadanos han depositado en estas cuentas están garantizados, y el servicio continuará operando, a pesar de la progresiva dolarización de la economía.
Además, la viceministra primera del Ministerio de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo, defendió la medida de la dolarización parcial como una estrategia clave para garantizar la entrada de divisas al país y facilitar el encadenamiento de los sectores económicos. A pesar de las críticas sobre la desigualdad que genera, la medida es vista como necesaria para mantener a flote la economía cubana.
Aunque las cuentas en MLC seguirán funcionando, la dolarización parcial presenta una serie de desafíos para la población cubana. La existencia de tiendas en dólares ha generado una brecha de acceso a productos entre quienes tienen acceso a divisas y quienes no. Mientras una parte de la población puede acceder a bienes de consumo en estas tiendas, muchos cubanos se ven obligados a recurrir al mercado informal de divisas, donde las tasas de cambio son mucho más altas.
Además, la decisión de permitir el uso de divisas en sectores clave de la economía, como el turismo, las farmacias y los aeropuertos, refleja el intento del gobierno por atraer más divisas, pero también agrava las desigualdades sociales en Cuba. Esta dualidad económica, en la que coexisten sectores que aceptan divisas y otros que no, crea una economía fragmentada, con poca cohesión y un creciente mercado paralelo de divisas.
La dolarización parcial se implementó como una medida para enfrentar la grave crisis económica de Cuba y garantizar que el país pueda captar más recursos a través de divisas extranjeras. Esto es crucial para sostener sectores claves de la economía, como el turismo y el comercio exterior.
El gobierno ha asegurado que las cuentas en MLC seguirán operando, garantizando que los fondos de los clientes estarán protegidos. Aunque algunos sectores en Cuba estén siendo dolarizados, las cuentas en MLC no desaparecerán y seguirán siendo una opción para aquellos que necesitan gestionar divisas.
La medida ha aumentado las desigualdades sociales, ya que aquellos sin acceso a divisas no pueden comprar productos en las tiendas en dólares, lo que agrava la situación económica de muchas familias cubanas.
Además de las tiendas en dólares, se han habilitado sectores como farmacias, clínicas internacionales, aeropuertos y algunos productores agropecuarios que sustituyen importaciones para aceptar pagos en divisas, lo que ayuda a captar más recursos para la economía nacional.
Aunque la dolarización parcial intenta controlar el mercado de divisas, el mercado paralelo sigue siendo un elemento esencial para muchos cubanos que buscan acceder a dólares a tasas de cambio más altas que las oficiales. Esto refleja la dualidad de la economía cubana, que aún depende del mercado informal para muchas transacciones.
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