Este domingo se celebra el Día de los Padres en Cuba, una fecha que debería estar marcada por el afecto, la unión familiar y, con suerte, una comida especial que rinda homenaje a los padres del hogar.
Sin embargo, en la realidad actual del país, lo que muchos enfrentan es una carrera de obstáculos para simplemente llevar algo a la mesa.
Comprar alimentos se ha convertido en una odisea que va mucho más allá de elegir productos: implica largas caminatas, ferias improvisadas, cambios de ruta, y una constante vigilancia de los precios que suben sin previo aviso.
En medio de esta búsqueda diaria, los cubanos deben calcular al centavo cada gasto, sabiendo que, en muchos casos, el salario no alcanza ni para una sola compra básica.
En este artículo te mostramos con lujo de detalles cuánto cuesta hoy alimentar a una familia cubana promedio en el Día de los Padres, con datos actualizados de plataformas digitales como Katapulk, Supermarket23, así como un recorrido real por las calles habaneras en busca de alimentos. ¿La cifra final? Más que simbólica: es un retrato crudo de la supervivencia diaria en Cuba.
Indice
La economía cubana atraviesa uno de sus momentos más críticos en décadas. La combinación de sanciones externas, baja productividad interna, escasez de divisas y una inflación descontrolada ha generado un escenario en el que el costo de la vida supera con creces los ingresos de la mayoría.
Según cifras recientes, el salario mínimo en Cuba se mantiene en 2,100 pesos cubanos (CUP), mientras que un profesional como un abogado o médico puede ganar alrededor de 4,000 a 5,000 CUP al mes.
A la tasa informal actual del mercado negro (alrededor de 360 CUP por 1 USD), eso representa entre $6 y $14 mensuales, una cantidad que en muchos países no alcanza ni para una comida rápida.
A este contexto se suma un fenómeno que ha transformado la manera en que se adquieren productos: la dolarización parcial. Muchas tiendas en Cuba operan únicamente en Moneda Libremente Convertible (MLC), una divisa digital respaldada en divisas extranjeras como el dólar o el euro, inaccesible para quienes no reciben remesas desde el exterior.
La distorsión entre lo que gana un ciudadano promedio y lo que cuestan los productos esenciales ha convertido las compras en una actividad selectiva, desigual y, en muchos casos, traumática. La comida, lejos de ser un derecho cotidiano, se ha vuelto un lujo que requiere planificación, sacrificio y, muchas veces, resignación.
En ese contexto, un día como el Día de los Padres deja de ser una celebración y se convierte en una carrera de resistencia: ¿qué se puede poner sobre la mesa con un salario entero?
Planificar una comida modesta para celebrar el Día de los Padres en Cuba puede implicar una inversión que supera el salario mensual de un trabajador estatal.
Los productos básicos como pollo, huevos, puré de tomate, viandas y frutas se han encarecido a niveles alarmantes, especialmente cuando se compran en ferias, mercados informales o tiendas en MLC.
A continuación, te mostramos una tabla comparativa basada en precios reales recogidos entre el 13 y 15 de junio de 2025 en ferias populares de La Habana, y tiendas digitales como Katapulk y Supermarket23:
Tipo de cambio aproximado del mercado informal: 1 USD = 360 CUP (junio 2025)
Como se observa, solo la compra de pollo y huevos ya consume más del doble del salario mínimo. A esto se suma el hecho de que muchos productos solo se encuentran en puntos distantes, y requieren tiempo y transporte adicional.
Mientras que las ferias ofrecen productos en moneda nacional, muchos de los alimentos de mayor calidad (y disponibilidad estable) se venden exclusivamente en tiendas en MLC como Katapulk o Supermarket23, accesibles principalmente para cubanos con familiares en el extranjero.
Por ejemplo:
En Katapulk, un combo de alimentos básicos (pollo, aceite, arroz, puré) puede costar entre $45 y $70 USD, equivalente a más de 16,000 CUP. En Supermarket23, una caja de 30 huevos puede costar $10 USD, más que todo el salario mensual de un pensionado.
Aunque estas plataformas permiten a la diáspora apoyar a sus familiares en la isla, también evidencian la dependencia estructural que tienen muchas familias cubanas respecto a las remesas.
En resumen, una comida básica para el Día de los Padres puede costar fácilmente entre 6,000 y 8,000 CUP, el equivalente a dos o tres salarios mensuales para un trabajador estatal. Esto sin contar gastos de transporte, gas, condimentos o vegetales frescos, cuya disponibilidad también varía día a día.
Kari y Johnny, dos jóvenes cubanos que documentan su día a día en YouTube, decidieron salir a hacer la compra del Día de los Padres. Lo que parecía una simple tarea se convirtió en una travesía por distintas zonas de La Habana, marcadas por la escasez, los altos precios y la incertidumbre de si podrían llevar algo decente a casa.
Su recorrido comenzó en Centro Habana, cerca de la intersección de Galiano y San Rafael. Allí comprobaron que la feria habitual ya no funcionaba. Cambiaron de rumbo hacia la feria de San Lázaro y San Francisco. Tras recorrer decenas de puestos, constataron precios que superaban sus expectativas:
Después de más de 4 horas de caminata, colas y ajustes de presupuesto, lograron reunir una compra que les permitiría sobrevivir unos 10 días. El total fue alarmante: más de 8,000 CUP, lo que representa casi el doble del salario de Johnny como abogado (4,700 CUP mensuales).
Además de la carga económica, se sumaron otras frustraciones:
“Quizás ustedes digan que $22 no es tanto, pero para nosotros representa casi dos meses de trabajo. El huevo en Cuba es un lujo, y hoy poner comida sobre la mesa fue nuestra mayor celebración”.
Reflexiono Kari tras el recorrido, visiblemente enferma y agotada.
Este testimonio no solo ilustra el costo real de la comida, sino también el desgaste emocional y físico que implica conseguirla.
Uno de los argumentos más comunes entre cubanos emigrados es:
“Eso en dólares no es tan caro”.
Y es cierto: una compra de alimentos valorada en 8,000 CUP, equivalente a unos $22 USD, parece accesible para quienes viven en Estados Unidos, México o España. Sin embargo, el problema no es el precio en sí, sino el poder adquisitivo de los cubanos dentro de la isla.
Veamos una comparación directa:
Tipo de cambio usado: 360 CUP = 1 USD / 18.5 MXN = 1 USD
Lo que para un cubano representa casi el doble de su salario mensual, para un estadounidense o mexicano es solo una fracción menor de sus ingresos.
Además, quienes viven fuera de Cuba tienen acceso a supermercados estables, alimentos frescos todo el año, variedad de productos y precios relativamente estables. En cambio, los cubanos dentro del país deben enfrentarse a:
Muchos de los cubanos que sobreviven sin apoyo externo lo hacen gracias a una red de trueque, estrategias de ahorro extremo y una cultura de resistencia económica que ya forma parte del día a día.
Ante los elevados precios y el desbalance entre salario e inflación, los cubanos han desarrollado una compleja red de estrategias para poder alimentarse, sobrevivir y, en ocasiones, celebrar días especiales como el Día de los Padres. Sin embargo, no todos tienen las mismas herramientas ni oportunidades.
Para millones de familias, la salvación llega desde el exterior. Según estimaciones recientes, más del 60% de los hogares cubanos dependen total o parcialmente de las remesas enviadas desde Estados Unidos, España, México o Canadá.
Estas remesas permiten:
No obstante, esta dependencia ha creado una brecha social creciente: los que reciben ayuda y los que no. Para los segundos, el panorama es mucho más duro.
Quienes no reciben remesas deben recurrir a:
La búsqueda constante, la vigilancia de los precios, y la necesidad de moverse entre varios municipios para encontrar productos convierte cada compra en una carrera de fondo.
Hay cubanos que, aun teniendo voluntad, no tienen cómo competir:
La consecuencia de este sistema desigual es una mayor marginalización y, en muchos casos, dependencia absoluta de otras personas para sobrevivir.
Celebrar el Día de los Padres en Cuba no es solo un gesto simbólico. Para muchos, representa una batalla económica y emocional para ofrecer, aunque sea por un día, una mesa digna, una comida especial, un detalle que honre el esfuerzo silencioso de los padres cubanos.
Pero la realidad impone sus límites: entre la inflación, los salarios estancados y la escasez, lo que debería ser un día de unión familiar se convierte en una muestra más de la desigualdad y la precariedad que marcan la vida cotidiana en la isla.
Comprar alimentos básicos, como pollo, huevos o frutas, puede representar más de dos salarios mínimos, incluso para profesionales universitarios. Las remesas desde el exterior son, en muchos casos, la única vía para equilibrar mínimamente la balanza. Pero quienes no cuentan con ese respaldo viven al filo del hambre, del sacrificio, y de la resignación.
Este Día de los Padres, más que un regalo, muchos en Cuba desean simplemente poder sentarse a la mesa sin sentir que comer es un lujo. Y eso, en sí mismo, dice mucho del país que somos hoy.
El salario mínimo en Cuba se mantiene en 2,100 pesos cubanos (CUP). Profesionales como abogados, médicos o ingenieros pueden ganar entre 4,000 y 5,000 CUP mensuales, aunque esta cifra sigue siendo insuficiente frente al costo de vida real.
Una compra básica para unos 7 a 10 días —incluyendo pollo, huevo, picadillo, viandas y puré de tomate— puede costar más de 8,000 CUP, lo que representa casi dos salarios promedio. Y eso sin contar arroz, condimentos o transporte.
Plataformas como Katapulk, Supermarket23, EnviosCuba y Alawao permiten enviar combos de alimentos, aseo o medicamentos a diferentes provincias. Estas compras deben hacerse en USD o EUR y son una opción común para cubanos en la diáspora.
La escasez de producción nacional, el encarecimiento de las importaciones y la alta demanda han convertido al pollo y al huevo en bienes de lujo. Además, su venta se ha trasladado en parte a tiendas MLC o mercados informales con precios inflados.
Sí. Aunque llegó a costar más de 3,500 CUP el cartón de 30 unidades en 2023–2024, actualmente su precio ronda los 2,000 CUP, según ferias informales en La Habana. Aun así, sigue siendo inaccesible para muchos.
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