La Empresa Agroindustrial Ceballos experimentó largos momentos de crisis y pérdidas a raíz de las transformaciones económicas de la Tarea Ordenamiento, la unificación monetaria, la reforma en los ingresos y la eliminación paulatina de subsidios excesivos. Pero la recuperación parece que se asoma tras la temporada en descenso.
Si bien nunca se visionó a esta empresa -líder del polo productivo y exportador de la provincia de Ciego de Ávila- encabezando listas de menoscabos económicos, tampoco se avizoraba un restablecimiento en medio de las complejidades del contexto actual.
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Durante el periodo de profundas transformaciones económicas en el país, DCballos experimentó perjuicios en la productividad de la empresa, lo que la colocó -en los años 2021 y 2022- en la lista de entidades del país que incumplían con las operaciones en el ámbito comercial.
El director de la empresa -Exnier González Suárez- refirió al respecto, que el deterioro de los indicadores tanto económicos como productivos, conllevó a culminar el año 2022 con una pérdida de 70 millones, representando una involución en el terreno del mercado.
Por otra parte, en este proceso influyó que no se aplicara la nueva tasa contable, establecida por los directivos del país, al patrimonio financiero de unos 75 millones, lo que produjo -en consecuencia- una grave afectación en la posibilidad de utilizar ese capital para acciones de desarrollo y cobertura de insumos.
En referencia a esta situación, los medios locales de prensa señalaron que la empresa no estaba incluida entre las entidades que podían usar la tasa cambiaria de 1 USD x 120 cup, solo podía acogerse a la anterior referencia de cambio de 1 USD x 24 cup, lo que trajo consigo una afectación considerable en su campo de operaciones comerciales.
Este factor de no beneficio del mercado cambiario -que sí estuvo en aprovechamiento empresarial de otras entidades- además de un inusitado sobregasto financiero, y una tensa situación de demora en exportación de carbón, hicieron recrudecer el desfavorable panorama en DCballos.
La empresa, sumida en crisis financiera, adoptó nuevas alternativas de restablecimiento financiero impulsando un programa de crecimiento paulatino.
Detener el constante proceso de pérdidas en una redimensión empresarial, fue uno de los primeros pasos, reduciendo el número de unidades empresariales de base, que inicialmente eran 12 y disminuyeron a 8.
Por consiguiente, también fue necesario reducir el personal de trabajo en tareas indirectas, y la centralización de recursos para máximo aprovechamiento y optimización de uso, así como la suspensión definitiva de actividades no consideradas necesarias o esenciales.
Los resultados ante las estrategias creadas por las agravantes, se comenzaron a tangibilizar, cuando al cierre del pasado año 2023, las utilidades arrojaron un total de 7 400 000 pesos, lo que definitivamente representó un logro económico en medio de las adversidades actuales del contexto financiero nacional.
Independientemente de las limitaciones, González Suárez señaló que se creó un departamento de Innovación y Desarrollo, con el objetivo específico de analizar y solucionar problemas en cuanto a fertilización, semillas y otras variedades, propiciando un avance a partir de las potencialidades internas de la empresa.
La Empresa Agroindustrial pone en práctica programas y proyectos que amplían el desarrollo efectivo de la comercialización de productos. Un ejemplo es el Proyecto de Diversificación de Variedades de Piña, que actualmente se implementa y prevé finalizar este próximo mes de junio.
El proyecto ha evaluado en el transcurso de 4 años el ciclo completo de los genotipos de piña, entre los que destaca la pérola -de origen brasileño- y del que se prevé multiplicar frutos el próximo año, a partir de la existencia de unas 20 hectáreas en campo de cultivo.
Por otra parte, un naciente proyecto con la Agencia Francesa de Desarrollo se encuentra en periodo de aprobación, para el que se ha destinado un financiamiento presupuestario de más de 4 millones de pesos en vistas a adquirir insumos necesarios para el cultivo de unas 800 hectáreas de la llamada piña amarilla o dorada.
Asimismo, la cartera de oportunidades de la empresa se amplía con otros programas que se pretenden implementar en los meses venideros del año en curso.
La recuperación de la entidad agroindustrial en medio del contexto inflacionario actual es casi una hazaña, pero frente al cambiante escenario cubano DCballos deberá mantener un control eficaz sobre el patrimonio de tierras y cultivos, y en protección económica de los recursos, tras la difícil recuperación que le costó una crisis financiera durante años.
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