Una noticia recorrió el mundo como pólvora este sábado 13 de junio: el presunto intento de asesinato contra el expresidente y actual candidato a las elecciones presidenciales de Estado Unidos Donald Trump.
Sin embargo, no es la primera vez que en esta nación ocurren estos actos de violencia política contra los altos mandatarios, y algunos de ellos han encontrado la muerte.
¿Qué presidentes y figuras de la política norteamericana han encontrado la muerte bajo el impacto de armas? ¿Cuáles han sido las causas? Conoce este historial de violencia contra políticos, con casi 200 años de registro, en este artículo que D-Cuba prepara para ti.
El primero de estos acontecimientos sucedió en 1865. El 14 de abril de ese año el entonces presidente Anraham Lincolm. El mandatario número 16 de la gran nación del norte se encontraba junto a su esposa Mary Todd Lincoln en el Teatro Ford de Washington, para apreciar la función teatral de “Our American Cousin”.
Desde ese lugar, fue abatido por John Wilkes Booth, cuando le propició un disparo en la nuca. Aún cuando la muerte no fue inminente, falleció a la mañana siguiente, el 15 de abril de 1865.
Entre las supuestas causas tras el magnicidio, se considera que fue por el apoyo que brindaba Lincoln a la defensa de los derechos de las personas negras, en un momento en que el racismo y la esclavitud tenían gran vigencia en la sociedad norteamericana y en las más importantes esferas de la política nacional.
El presidente número 20 de los Estados Unidos fue ultimado a solo 200 días de haber asumido el cargo. Ocurrió en 1881, mientras se encontraba en una estación de trenes de Washington, con el fin de viajar hacia Nueva Inglaterra.
Allí, Charles Guiteau, un hombre con problemas mentales, lo baleó en el pecho. El inventor del teléfono, Alexander Graham Bell, creó especialmente un dispositivo para detectar los dos proyectiles en el cuerpo del mandatario, pero no tuvo éxito, hasta que murió diez semanas después en Nueva Jersey.
El presidente número 25 de la Casa Blanca norteamericana murió víctima de un disparo en el pecho propiciado por Leon F. Czolgosz, un joven de 28 años (posteriormente condenado a la silla eléctrica). El atentado sucedió el 6 de septiembre de 1901, en Buffalo, New York, mientras el mandatario realizaba un discurso y saludaba a la multitud que lo recibía.
En 1963, el presidente número 35 de los Estados Unidos se encontraba de visita con su primera dama en Dallas, cuando se sintieron los disparos. Aunque fue trasladado de urgencias al hospital más cercano, murió en apenas instantes. El asesino, Lee Harvey Oswald, había usado un rifle de alta potencia.
Otra de las muertes corresponde al entonces candidato a presidente Robert F. Kenedy. En 1968, el representante demócrata celebraba su reciente victoria en las primarias de California. El hermano de John F. Kennedy fue ultimado desde un hotel en Los Ángeles.
A estos magnicidios se unen otros atentados que han marcado con violencia la historia política norteamericana. Tal es el caso de los intentos de asesinato a Theodore Roosevelt, en 1912; Franklin D. Roosevelt, en 1933; a Harry S. Truman, en 1950; Gerald Ford, con dos incidentes en 1975; Ronald Reagan, en 1981; George W. Bush, en 2005; y el candidato George C. Wallace, en 2007, quien no murió, pero quedó paralizado en la parte inferior de su cuerpo.
Ahora, los sucesos contra Trump, vienen a engrosar esta lista de violencia hacia representantes de la política norteamericana, reflejo de la polarización tan grande de intereses que existe en las esferas social, económica y política de los Estados Unidos.
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