Un total de 15 personas, incluyendo varios cubanos, fueron arrestadas la semana pasada durante una redada en una pelea de gallos ilegales en el condado de Granville.
Este suceso, considerado un delito en dicho estado, ha captado la atención tanto de las autoridades como de los medios locales, debido a la magnitud de las operaciones ilegales y la cantidad de personas involucradas.
El operativo policial, que se llevó a cabo gracias a una confianza anónima, permitió a las autoridades locales incautar una variedad de bienes y animales.
Entre los elementos confiscados se encuentran 174 gallos de pelea, $14,000 en efectivo, 46 vehículos y diversas armas. La redada fue ejecutada con la ayuda de varias patrullas y un helicóptero, iniciándose alrededor de la 1:00 pm del día señalado.
Los detenidos, entre los que se encuentran Sharon Kay Miller y José García, fueron acusados de participar y apostar en las peleas de gallos. Además de ellos, otros individuos como Juan Pérez Hernánd.
El alguacil Robert Fountain describió la escena del evento como “horrible”, destacando el consumo de alcohol y marihuana, así como la presencia de armas en algunos vehículos.
Los gallos incautados quedaron bajo el cuidado de organizaciones de bienestar animal, mientras que las autoridades continúan investigando para identificar a los propietarios de los vehículos incautados, muchos de los cuales huyeron al darse cuenta de la redada.
Este no es un incidente aislado. En otras partes de Estados Unidos, las peleas de gallos ilegales han sido un problema recurrente. En Miami, por ejemplo, varias personas de origen cubano han sido arrestadas en incidentes similares, donde se descubrieron eventos ilegales que
El descubrimiento y la interrupción de esta actividad ilegal han generado una reacción mixta en la comunidad. Mientras algunos apoyan las acciones de las autoridades para erradicar estas prácticas, otros se ven afectados por la pérdida de sus bienes incautados y la necesidad de justificar su presencia en el evento ilegal.
La operación ha puesto de aliviar la persistente lucha contra las peleas de gallos en Estados Unidos, una actividad que, además de ser ilegal, implica un significativo maltrato animal. Las autoridades han reiterado su compromiso de seguir desmantelando estas redes y asegurando que los responsables enfrentarán las consecuencias legales correspondientes.
Este incidente subraya la necesidad de una vigilancia continua y una acción legal firme para combatir las actividades ilegales que no solo infringen la ley, sino que también promueven la crueldad hacia los animales.
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