Autoridades de Cuba y Estados Unidos sostuvieron una reciente ronda de conversaciones sobre temas migratorios.
El intercambio se sostuvo entre el Viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío a la cabeza de la delegación cubana y el subsecretario adjunto de Seguridad Interna en el Hemisferio Occidental, David Cloe.
Las conversaciones tuvieron lugar para discutir aspectos esenciales de los Acuerdos Migratorios entre ambos países.
Cuba y Estados Unidos han firmado memorandos de entendimientos en materia migratoria en cuatro ocasiones, la primera de ellas en 1984 y posteriormente en 1994, 1995 y 2017.
La parte estadounidense resaltó las áreas en las que dichos acuerdos pueden mejorarse, sobre todo en lo relacionado al programa de reunificación familiar y la ampliación de este para mejores resultados en la seguridad migratoria.
De igual manera, Cloe y su delegación remarcaron el interés de Estados Unidos en sortear los obstáculos identificados en el cumplimiento de los acuerdos en consonancia con la política del país hacia Cuba.
En tanto, la parte cubana abordó diversos temas en torno a la migración desde la isla hacia el país norteño.
Entre ellas, la delegación antillana solicitó la reanudación del procesamiento de visas de no inmigrante, un servicio consular que la Embajada de Estados Unidos en La Habana no retomó al iniciar sus funciones.
Asimismo, Cuba aseguró que trabajará para garantizar “una migración regular, segura y ordenada”, aunque mostró su inconformidad con ciertas políticas migratorias estadounidenses como la Ley de Ajuste Cubano.
A propósito de ello, Cuba argumentó que el tratamiento migratorio hacia los cubanos es preferencial y por tanto incentiva a la migración, mientras que Estados Unidos señaló que continuará promoviendo el respeto a los derechos humanos en la isla.
Otro de los temas tocados por ambas partes fue el del cubano Rubén Martínez Machado, quien arribó a Estados Unidos en una aeronave A-2 y le fue concedido el asilo político.
Ambos países señalaron en la reunión que pretenden continuar cumpliendo los Acuerdos Migratorios y revisar su implementación con regularidad.
Además, las dos naciones afirmaron que trabajarán para detener el tráfico ilegal de migrantes, los delitos transnacionales y el tráfico de drogas.
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