El costo de vida en Cuba en 2025 es una de las mayores preocupaciones de las familias. Los precios de los alimentos, el transporte y los servicios básicos continúan aumentando, mientras que los salarios estatales apenas alcanzan para cubrir una fracción de esos gastos.
Mantener un hogar requiere cálculos constantes: decidir qué productos comprar, dónde hacerlo y con qué frecuencia, siempre dependiendo de la disponibilidad y del dinero en mano. En muchos casos, la diferencia entre ingresos y gastos solo se compensa gracias a las remesas que envían los familiares desde el exterior o con la participación en el sector privado.
Este artículo ofrece una radiografía completa del costo de vida de un hogar cubano en 2025. Analizamos tres rubros fundamentales —alimentación, transporte y servicios básicos— con precios actualizados, tablas comparativas y ejemplos de presupuestos mensuales para diferentes tipos de familias.
Indice
El salario medio estatal ronda los 4 200 CUP al mes, lo que equivale aproximadamente a 20–25 USD al tipo de cambio informal. Sin embargo, un hogar promedio necesita entre 15 000 y 20 000 CUP para cubrir los gastos esenciales de alimentación, transporte y servicios.
La brecha entre ingresos y gastos se refleja en tres factores clave:
En este contexto, los gastos de un hogar se concentran principalmente en la alimentación, que puede absorber más del 60% del presupuesto, seguida por el transporte y los servicios básicos.
Alimentarse en Cuba en 2025 es un reto diario. Aunque la dieta cubana se centra en arroz, frijoles, pollo y pan, los precios de estos productos han subido considerablemente. Una familia de tres personas necesita alrededor de 10 000 – 14 000 CUP al mes solo para garantizar tres comidas diarias.
A continuación, una tabla con precios actualizados de productos básicos en mercados estatales, privados y en MLC:
#advanceampadstable0#Total aproximado mensual en básicos: 25 000 CUP (sin incluir leche en polvo, frutas y vegetales adicionales).
Esto muestra que incluso con una dieta restringida, el gasto en alimentos supera varias veces el salario estatal promedio.
El transporte en Cuba es otro de los grandes retos para las familias. Aunque el gasto en movilidad no es tan alto como el de la alimentación, representa un porcentaje importante del presupuesto, especialmente en las ciudades grandes donde los trayectos diarios son más largos y frecuentes.
En 2025 coexisten tres modalidades principales:
Moverse entre provincias puede costar tanto como el presupuesto de alimentos de una semana.
Aunque representan un gasto menor en comparación con la alimentación, los servicios básicos son indispensables para mantener la vida doméstica. En 2025, los cubanos pagan electricidad, agua, gas, telefonía e internet con tarifas que varían según el consumo y la disponibilidad.
Los precios oficiales están definidos por el Estado, pero la realidad es que muchas familias enfrentan facturas elevadas debido al aumento en el uso de electrodomésticos, la necesidad de conectividad o la compra de gas en el mercado informal.
Después de analizar por separado la alimentación, el transporte y los servicios básicos, podemos calcular el gasto mensual estimado para tres tipos de hogares representativos.
El salario medio en Cuba en 2025 ronda los 4 200 CUP mensuales.
Esto confirma que ningún hogar cubano puede sostenerse únicamente con un salario estatal. La mayoría depende de remesas familiares, trabajos en el sector privado o combinaciones de ingresos informales para cerrar la brecha.
La diferencia entre ingresos y gastos en Cuba es tan amplia que las familias han desarrollado múltiples estrategias de supervivencia económica. Estas prácticas se han vuelto parte del día a día y marcan la manera en que se organiza la economía doméstica.
Las remesas enviadas desde Estados Unidos, España y otros países son hoy uno de los pilares más importantes para sostener a los hogares. Un envío mensual de 100 USD equivale a más de 20 000 CUP en el mercado informal, lo que representa casi todo el presupuesto básico de una familia de tres personas durante un mes.
Plataformas como Supermarket23, DimeCuba o Cuballama permiten que los familiares en el exterior compren alimentos, aseo y electrodomésticos que se entregan en la isla.
El crecimiento de las mipymes y trabajadores por cuenta propia ha abierto más opciones de empleo fuera del Estado. Muchas familias complementan su ingreso estatal con trabajos en:
El pluriempleo es común: un trabajador estatal puede tener en paralelo un negocio propio o trabajar en la economía informal para compensar la diferencia.
Cuando el dinero no alcanza, la estrategia más directa es reducir o sustituir productos:
Estas decisiones permiten ahorrar, pero muchas veces afectan la calidad de la dieta.
En zonas rurales y en barrios de provincias, todavía se practica el trueque: intercambiar alimentos (ejemplo: frijoles por arroz) o servicios (ejemplo: arreglar un equipo a cambio de comida).
Aunque ahorrar parece imposible en este contexto, muchas familias llevan libretas de control de gastos para priorizar lo indispensable.
Más allá de las cifras y cálculos, el costo de vida en Cuba se entiende mejor escuchando lo que dicen las personas que lo enfrentan a diario. Los foros, redes sociales y espacios de debate están llenos de testimonios que reflejan tanto la frustración como la creatividad de los hogares cubanos.
Para muchos, el día a día en Cuba se define como una lucha constante por conseguir lo básico. Las quejas más comunes se centran en que el salario apenas cubre una parte de la comida, y que los productos más esenciales —como el aceite o la leche en polvo— se han convertido en bienes de lujo.
Un comentario frecuente en redes resume la situación:
“Con mi salario puedo comprar dos litros de aceite y un cartón de huevos. El resto del mes vivo de lo que me mandan mis hijos desde afuera.”
Los cubanos suelen comparar sus gastos con los de los turistas que visitan la isla. Mientras un visitante paga 10 USD por una comida completa en un restaurante, una familia local puede gastar esa misma cantidad en apenas un kilo de pollo o un cartón de huevos en el mercado informal.
Esto genera una sensación de desigualdad y de que el mercado interno está orientado más hacia el turismo que hacia la población local.
En foros populares abundan los “tips de supervivencia”:
Estas recomendaciones son parte de una red informal de apoyo que muchos cubanos utilizan para ahorrar cada peso posible.
Los cubanos en el exterior también opinan, sorprendidos por cómo se sostienen las familias con tan poco ingreso. Muchos afirman que, aunque envían dinero, saben que “nunca es suficiente” porque los precios cambian constantemente.
Algunos incluso señalan que el costo de vida en Cuba, comparado con el salario, resulta más alto que en países como México o España.
A pesar de las dificultades, también aparecen mensajes de esperanza y resiliencia. Familias que logran estabilizarse gracias a pequeños negocios privados, o personas que, aunque con mucho esfuerzo, logran cubrir sus necesidades y hasta ahorrar un poco para emergencias.
Depende de dónde se consuma:
En un restaurante privado en La Habana, un almuerzo sencillo (arroz, pollo, ensalada y refresco) puede costar entre 500 y 800 CUP por persona.
En puestos callejeros o cafeterías estatales, una comida más básica puede rondar los 150 a 250 CUP.
Cocinar en casa resulta más barato en términos unitarios, pero requiere disponer de los productos, lo que no siempre es posible.
Un hogar de tres personas necesita como mínimo:
25 000 CUP en alimentos, con una dieta limitada y basada en arroz, frijoles y pollo.
2 200 CUP en transporte, si se usa mayormente ómnibus y ruteros.
3 700 CUP en servicios básicos, sobre todo electricidad, gas e internet.
En total, un hogar de este tipo necesita alrededor de 30 000 CUP al mes solo para gastos esenciales.
Definitivamente el transporte público estatal es más barato (2 CUP por pasaje en ómnibus urbano), pero es escaso y poco confiable.
El transporte privado (ruteros, almendrones, motos taxis) puede costar entre 50 y 250 CUP por viaje urbano, lo que lo hace mucho más caro, aunque más rápido y seguro.
En la práctica, las familias combinan ambos: usan el transporte estatal para lo cotidiano y el privado en emergencias o cuando necesitan ahorrar tiempo.
El internet es el servicio más caro en proporción al salario cubano. Un paquete de 10 GB cuesta 1 250 CUP, y una familia conectada puede gastar entre 2 500 y 5 000 CUP al mes solo en datos móviles.
La electricidad tiene tarifas escalonadas: un hogar promedio paga entre 500 y 1 200 CUP, pero puede subir hasta 7 500 CUP si se usan equipos de alto consumo como aires acondicionados.
La alimentación absorbe entre el 55% y el 70% del gasto mensual de un hogar. Esto significa que, de cada 100 CUP que entran a la casa, al menos 55 se destinan a comprar comida. En hogares con niños o adultos mayores, esta proporción puede ser incluso mayor.
Si se comparan los precios en moneda dura (USD), los productos básicos en Cuba no siempre son más caros que en países como México o España. El problema es que los salarios en Cuba son mucho más bajos, lo que hace que el costo relativo de los productos sea mucho mayor.
Ejemplo: un cartón de huevos en Cuba cuesta alrededor de 1 200 CUP (5 USD al cambio informal), similar a lo que cuesta en mercados internacionales, pero representa más de un tercio del salario mensual oficial.
En la práctica, no. El salario medio es de 4 200 CUP, mientras que los gastos básicos de un hogar superan los 27 000 CUP. Esto significa que ninguna familia puede sobrevivir únicamente con ingresos estatales.
Las alternativas más comunes son:
Recibir remesas desde el exterior.
Trabajar en el sector privado o tener ingresos informales.
Reducir el consumo y sustituir productos más caros por opciones más baratas.
El costo de vida en Cuba en 2025 refleja una brecha profunda entre ingresos y gastos. Alimentación, transporte y servicios básicos son más caros que nunca en proporción al salario estatal. La vida cotidiana se sostiene gracias a estrategias de supervivencia, apoyo familiar y creatividad para hacer rendir cada peso.
La pregunta ya no es cuánto cuesta vivir en Cuba, sino cómo logran las familias enfrentar un día a día marcado por la escasez y la desigualdad.
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